Bucarest es una ciudad mal vista por la mayoría de los rumanos e italianos, porque clasificado como destino peligroso, pobre y triste. Esto es en parte cierto, pues los grandes arrabales quedan reducidos a un estado de abandono, pero de la misma forma sigue siendo una gran capital europea de todo respeto, llena de historia y con una tradición milenaria.
Para una fin de semana tranquilo y sobre todo de bajo coste, Bucarest puede ser la elección óptima. Se jacta de dos aeropuertos, no muy lejos unos de otros, es muy popular gracias a las numerosas aerolíneas; uno en particular, Blueair.com ofrece precios muy bajos en comparación con la competencia. El trayecto desde el aeropuerto hasta el centro es muy corto.
Desde la periferia más moderna, llena de centros comerciales, pasando por las grandes arterias principales (boulevard), se llega centro, el verdadero corazón de la ciudad, donde la intersección de numerosos callejones crea una sucesión de personas de todo tipo. Las tiendas y los restaurantes te atraen para hacerte sentir parte de esta nueva y vieja realidad. Y el el lugar más seguro de la ciudad con policías ubicados en puntos estratégicos de entrada en el centro. Pero puede suceder que te encuentres con una pandilla de niños rumanos en busca de dinero o bienes preciosos; lo importante es no tener nada a la vista, para no ser atacado.
La presencia de numerosos pregunta ortodoxa, es una señal importante en la religión de Oriente. A lo largo de las calles de la ciudad hay infinidad de ellos. En el interior está prohibido el uso de material fotográfico, y además, en la entrada es un buen augurio para encender una vela con una mínima oferta al capellán.
El edificio más importante de la ciudad es el majestuoso edificio del Parlamento, no muy lejos a pie del centro, mientras que una visita a la plaza de la Revolución, bajo el Arco del Triunfo y al Ateneo Romano es imprescindible. Las fachadas de estos edificios tuvieron una gran influencia en laarquitectura de la década de 30, para este fin ser llamado "pequeño París.
La diversión nocturna está garantizada, y con una pizca de atención puedes salir ileso de todos los clubes.