La Georgia tiene solo 5 millones de habitantes, pero es un país que logra dar fuertes emociones en los pocos kilómetros cuadrados que ocupa entre Rusia, Turquía, Armenia y Azerbaiyán.
1) Tbilisi: la capital muestra todos los signos de la convulsa historia de esta jovencísima nación, nacida recién en 1991, pero que ya ha sufrido duras pruebas: guerras, deportaciones internas, terremotos y un grave colapso económico. Ahora Georgia se recupera y un ambiente animado y ruidoso llena las calles de la ciudad, que está adornada con rascacielos ultramodernos y edificios diseñados por arquitectos famosos, mientras que la restauración de los palacios del siglo XIX sacan a la luz la elegancia antigua. Suspendida entre la decadencia y el renacimiento, es el punto de partida obligado para conocer el país.
2) El Cáucaso: las montañas más altas de Europa coronan Georgia y ofrecen paisajes majestuosos, ascensos y paseos imposibles en compañía de vacas, cerdos y caballos que quedan libres para pastar en los valles. Georgia es un destino ideal para los amantes de la montaña y el montañismo en diversas modalidades, desde tranquilos paseos por senderos señalizados, cabalgatas o cruces más extremos de los pasos o escalada a altísimos glaciares.
3) khachapuri: Esta focaccia de queso es en sí misma una gran razón para ir a Georgia. La encontrarás en todas partes, en diversas formas y variaciones regionales más o menos calóricas, con doble capa de queso, huevos o frijoles, pero siempre fabulosa. Para comer caliente recién salido del horno, ya no podrá prescindir de él.
4) Monasterios: la religión cristiana es un componente importante de la identidad georgiana y algunos de los monumentos más bellos son de hecho antiguos monasterios o iglesias. Algunos son destino de muchos peregrinos y turistas, como Mtsketa, otros, más aislados, todavía están habitados por monjes de clausura. Estos antiguos sitios, donde se refugiaron los primeros ermitaños cristianos, se encuentran en lugares naturales maravillosos y han sido incluidos en el patrimonio mundial por la Unesco, como Davit Gareji, Motsameta, Gelati.
5) tostada. En Georgia, tostar es un tema importante. Los georgianos son tan hospitalarios que con mucho gusto invitan a los turistas a su mesa, especialmente en los pueblos del campo. En cada fiesta que se precie hay un 'jefe de brindis' llamado Tamada, que dicta el momento de beber en compañía y los temas para brindar: por Georgia, por las mujeres, por los amigos, por el patriarca o por el verano. , una copa tras otra, siempre en la gota, el buen humor está asegurado, aunque no entiendas nada de su idioma, siempre podrás apreciar la comida, el vino y la simpatía.