Mesas de acera. Una calle elegante con poco tráfico. Un rayo de sol que casi siempre te calienta cuando necesitas un poco más de calor.
Pero también puede ser un escaparate que te permita ver lo que está sucediendo afuera. Como en París, donde en casi todos los bares mesas al aire libre están orientadas a la calle, para que uno pueda mirar y ser visto.
Pero no estamos en París, estamos enEixample, y Barcelona, pero del lado menos frecuentado por los amantes de la noche barcelonesa. Ese lado donde a veces, entre oficinas y tiendas de muebles, hay pequeñas joyas de la gastronomía, frecuentadas por los amantes de la comida y los turistas más visionarios.
Aquí mismo y más precisamente en la hermosa Calle Girona, encontramos el Belén, uno pequeño pub, con colores cálidos y decoración sencilla pero con lo que aquí llamamos “mucho encanto” (o encanto, según los franceses).
Lo que encanta es sobre todo elbienvenida que dediquen a todos los clientes que entran, la amabilidad con la que te tratan, el mimo que ponen en servir los platos y asesorar a los indecisos.
Gastrobar especializado en tapas tradicionales (excelente coca de vidre y jamón) y tapas creativas siempre de buena calidad y con combinaciones interesantes ya veces inesperadas.
Muy bueno también selección de vinos, donde se pueden encontrar etiquetas catalanas (han decidido casar la filosofía de km0) pero también e incluso varias etiquetas extranjeras y de calidad. Incluso los amantes de las cosas más fuertes encontrarán algo para sus dientes: vermú, gin tonics, whisky, en resumen, ¡hay algo para todos!
Opción válida para una cena informal pero también para el almuerzo y el desayuno, ya que la cocina nunca cierra y puede venir a desayunar café, jugo y croissant, y luego volver a alimentarse para el almuerzo con uno de los menús simples y refinados que ofrecen todos los días (generalmente un mini aperitivo, a menudo una sopa o gazpacho, y un plato principal de pescado o carne).
Me gusta por la comida, me gusta por el ambiente, me gusta porque se siente cómodo y no hay exceso de moda en Belén. En definitiva, para tener mesa no hace falta reservar (no se aceptan reservas) pero ni siquiera hace falta ser el personaje más de moda de la plaza. Puedes entrar incluso con unos vaqueros y un peinado normal (algo que ya no parece posible en la zona de San Antoni, donde o estás de moda o estás fuera).
Me gusta Belén porque cuando hay un saldo de este tipo, también vale la pena gastar un poco más de lo normal. En definitiva, no estamos hablando de un local exactamente low cost (nunca he gastado menos de 28 euros en la cena y el menú para el el almuerzo cuesta unos 12 euros), sino un lugar para elegir cuando quiera mimarse un poco y sentirse un cliente querido.
Qué: Betlem, Miscel.lànea Gastronòmica
Dónde: Calle Girona, 70 (amarillo M - L4 - parada Girona)