Ti sentarse a beber una cerveza y un mini plato de patatas bravas y terminas con un billete de 17.50 euros.
Y además de estar boquiabierto por una factura que no puede ser más salada, tienes que rogar prácticamente a los distintos camareros que te paguen con tarjeta de crédito, para que te digan en cambio que no, no puedes, si quieres. pagar debe hacerlo necesariamente en efectivo y con todos los demás sentados en su mesa (que de todos modos no se iban a ir).
Una de las peores servicios al cliente siempre (aparte, tuve que pedir dos tenedores y el camarero casi me electrocuta).
Así que incluso si la terraza es bonita y alguien te la recomendó no vayas a Les Cuines de Santa Caterina. Pero en el lamentable caso de que fueras, hazme un favor también, luego, después de haber ido demasiado lejos, haz un buen SINPA (sin pagar), se lo merecen.
Más bien, gire la esquina y pida inmediatamente una mesa en el "Casa Mar y Rufo". No tiene estilo, al contrario (pero tampoco es barato: mejillones + calamares fritos + 2 platos de patatas fritas de Mari cortadas a mano + una botella de vino = 43 euros)
No hay camareros con camisas coloridas y cortes de pelo modernos. En reversa.
No hay "reducciones a vinagre balsámico" o "aromas de" o "toques de". Ahi esta pescado fresco bien cocinado (la salsa de mejillones era espectacular), un servicio espartano y cortés, ese toque de España que a veces parece perderse en el mar de restaurantes frescos y modernos (solo el pan con tomate era malo).
Lo mejor fue cuando mandamos a Elena a pedir una mesa afuera y Rufo le dijo (traducción libre, no te voy a dar la oración completa en español): Bellina, no hay más mesas afuera, pero puedes ir al mesa más cercana a la ventana y ábrala. Básicamente es como estar afuera ". Me encantó de inmediato.
Qué: Casa Mar y Rufo
Donde C /. Freixures N ° 11
Cómo llegar: Metro L3, parada Jaume I. Está al otro lado de la Laietana desde la Catedral.