Jerez de la Frontera Ăš Tio Pepe. Punto. Esta famosa bodega, productora de jerez, ha acaparado todos los rincones de la ciudad. Uno dirĂa: "afortunadamente".
Una ciudad bastante anĂłnima, lenta, casi triste. DifĂcil orientarse en el laberinto de calles estrechas, desoladas y todas iguales que se bifurcan desde la calle principal. Si por casualidad se le ocurre la idea de seguirlos, traiga una brĂșjula: puede tener serias dificultades para encontrar su punto de partida; o confiar en la buena suerte: tal vez conozcas a algunos amigable local y dispuesto (como me pasĂł a mĂ) quien se ofrecerĂĄ a salvarte!
Los Ășnicos matices de color en el gris de esta ciudad son los iconos de TĂo Pepe que ondean junto a cada barra y los barriles de los mismos que monumentalizan algĂșn rincĂłn que de otro modo estarĂa vacĂo. Casi enfrente de las bodegas encontrarĂĄs el Catedral de San Salvador, de estilo barroco, y, un poco mĂĄs adelante, el AlcĂĄzar. Si aĂșn no has estado Sevilla, estas dos atracciones seguramente te agradarĂĄn y harĂĄn que consideres la parada en Jerez un poco menos inĂștil. Si, por el contrario, acabas de ver Sevilla y quizĂĄs ya has visitado el AlcĂĄzar de Granada, como suele suceder a quienes emprenden un recorrido por AndalucĂa, la decepciĂłn serĂĄ inevitable.
Personalmente creo que solo debes ir a Jerez si te gusta el jerez y quieres comprar un buen vino generoso directamente en la bodega, quizĂĄs despuĂ©s de una visita turĂstica en el trenecito que te lleva por la bodega.