Mostar, qué ver en Bosnia y Herzegovina, qué no perderse y por qué visitar esta hermosa ciudad que en los años 90 sufrió un fuerte bombardeo que duró 9 meses, lee aquí qué no perderte para visitar.
Mostar es la capital del cantón de Herzegovina-Narenta, construida sobre el río Narenta es conocida por su muy famosa Puente Viejo (Stari Most). La ciudad fue fundada por los turcos otomanos en el siglo XV, era el centro administrativo de la región de Herzegovina. Después de pasar bajo el Imperio Austro-Húngaro pasó a formar parte del estado esloveno y posteriormente entró en la confederación yugoslava hasta el conflicto por la independencia.
En 1992-1993 Bosnia pidió la independencia de Yugoslavia. Se produjo una guerra, dada la importancia estratégica del ferrocarril Saraievo-Mostar-Ploce que conecta la capital con el mar. Mostar sufrió un fuerte bombardeo y un asedio que duró 9 meses. Durante la guerra se perdieron muchos edificios históricos y religiosos, incluido el viejo puente del siglo XVI.
En 2004 hubo una reconstrucción masiva tanto del puente como de la ciudad vieja, esto permitió que la ciudad fuera registrada por elUNESCO en la lista de sitios declarados Patrimonio Mundial. Mostar además de ser una ciudad rica en historia es el símbolo de una guerra por la independencia, hoy es un centro turístico muy fascinante y hermoso.
Además del espectacular puente (Stari Most) la ciudad ofrece muchos monumentos. A pesar de su tamaño, merece ser visitado con tranquilidad, dedicándole un tiempo.
Para visitarlo lo mejor es comenzar caminando por el centro histórico y ver la antigua calle de los orfebres llamada Kujundziluk, ubicado justo al lado del Ponte Vecchio. Continuando la caminata hacia el Puente Torcido (Kriva Cuprija) un pequeño pero sugerente puente anidado entre las casas, y continuando por el Bazar, las típicas casas turcas y los edificios de estilo austrohúngaro.
Las numerosas mezquitas presentes como la de Koski Mehmed. Que gracias a su alto minarete permite tener una vista espectacular de toda la ciudad, pero sobre todo del casco antiguo y del Ponte Vecchio.
En cuanto a los lugares de culto cristianos, cabe destacar la antigua iglesia Iglesia ortodoxa de 1833 (Stara Pravoslavna Crkva) con un precioso icono de la Virgen en su interior.
También está el sugerente Museo de Herzegovina que recoge toda la historia de esta espectacular y bella región Vía Bajatova, una escalera de 2 km de largo donde se pueden admirar numerosas casas de diferentes estilos arquitectónicos. Al comienzo de esta calle está el Cementerio de MostarLa construcción llama la atención porque desde el exterior parece un parque muy común, pero al entrar se pueden ver las numerosas lápidas de mármol blanco que casi todas llevan la misma fecha 1993, que representan el precio que pagaron los ciudadanos que lucharon por la independencia.
Al ser un centro turístico muy importante, existen numerosos y diferentes alojamientos para dormir, desde hostales hasta hoteles más caros, tanto cercanos al centro histórico como repartidos por toda la ciudad. Lo mismo ocurre con los restaurantes que son numerosos y con una buena diversidad culinaria cerca de los atractivos turísticos.
De hecho, esta pequeña ciudad ofrece una notable diversidad arquitectónica y cultural.