laAlcázar de Sevilla, en el centro histórico, a pocos pasos de la Giralda (la torre de la Catedral desde la que se asomaba el Papa Juan Pablo II), sigue siendo la sede donde el Rey Don Juan Carlos y su familia se hospedan cuando visitan la ciudad.
Maravillosa estructura en Estilo mudéjar, ciertamente más pequeño y menos conocido que elAlhambra de Granada pero no de menor encanto, sólo se puede visitar a la mitad: los alojamientos reales están evidentemente excluidos de la visita. Lo que quiero contaros hoy, sin embargo, no es la indiscutible belleza de esta fortaleza, sino la leyenda que gira en torno a una habitación muy particular que se encuentra en su interior.
Me refiero a la patio de las munecas (o patio de las muñecas), el lugar donde iban las princesitas para dedicarse a sus juegos. Los arcos, que caracterizan todo el edificio, se componen aquí de estucos muy trabajados, un proceso tan denso que el ojo humano apenas puede captar los detalles.
Bueno, queridas doncellas jóvenes y dulces, ¿Estás buscando amor? Para encontrarlo, todo lo que tienes que hacer es dirigirte al Alcázar de Sevilla. Cuenta la leyenda que quienes, en el patio de las Munecas, logran vislumbrar, entre las infinitas incrustaciones, dos pequeñas cabezas de muñecas, encontrará el amor dentro de un año y la suerte lo ayudará. ¡Te aconsejo que uses anteojos y mucha paciencia porque será como encontrar una aguja en un pajar! Pero, por otro lado, el gasto vale la pena. ¿No te parece? Buen amor y suerte a todos.