La Estatua de la Libertad es el símbolo de Nueva York y una de las atracciones más visitadas de la ciudad. Inaugurado el 28 de octubre de 1886, fue un regalo de Francia por la celebración de la independencia americana y un signo de amistad entre los dos pueblos.
El monumento se convirtió en un símbolo de bienvenida para los inmigrantes europeos en busca de libertad y fortuna en el "Nuevo Mundo". La estatua fue lo primero que vieron después de cruzar el Océano Atlántico.
Ubicado en una pequeña isla (Liberty Island) al sur de Manhattan, cerca de la desembocadura del río Hudson y la isla Ellis, es uno de los lugares más conocidos de los Estados Unidos de América y del mundo.
Todos los días es fotografiado por miles de turistas que hacen el recorrido por la bahía en los ferries. La Estatua de la Libertad además de ser un importante monumento de la ciudad de Nueva York, se ha convertido en un símbolo de los Estados Unidos.
Arquitectónicamente, la estatua recuerda el famoso Coloso de Rodas, una de las "siete maravillas del mundo antiguo". En 2006, la Estatua de la Libertad estuvo entre los 21 finalistas para la elección de "siete nuevas maravillas del mundo".
Se considera mucho más que un monumento, ya que es un símbolo universal de libertad y democracia, y también representa la independencia de los Estados Unidos. En 1984 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.