Polidor en París: cenando con Hemingway




    El primer amor nunca se olvida. Nada más cierto: mi corazón se quedó ahí, un París, encerrado entre la elegancia de los bulevares y la magia del Sena. Y de vez en cuando hay algo que me hace volver a mis fríos meses parisinos, cuando sin ni un centímetro de piel libre me sumergía en las calles de la ciudad, justo donde estoy. innamorata.

    Hoy es una película, o más bien, una escena de una película. Woody Allen, Medianoche en París: Hemingway bebe vino y habla de su libro, Zelda Fitzgerald pide un bourbon en el bar mientras el protagonista de la película tiene la boca abierta, y yo en realidad más que él. Porque ese lugar que el director ha elegido para describir uno París de artistas que ya no existe, ese lugar existe, y como buen romántico dejé allí uno de los muchos pedazos de mi corazón.

    Polidor, En Barrio latino, es un lugar fascinante lleno de historia. Lo tipico Bistró parisino de finales del siglo XIX que se ha vuelto impenetrable por un hechizo: aquí el tiempo no fluye y se ha detenido en aquellos días en que artistas, escritores y pintores se sentaban a sus mesas a discutir sobre su vida.



    Pequeño y elegante, con un amplia variedad de vinos franceses y un menú respetable (con opciones a 24 o 35 euros excluyendo bebidas o platos de 11 18 de euros), Polidor es un lugar de arte donde vas a disfrutar del ambiente y pretendes ser un artista sin un centavo en busca del éxito en un París de principios de siglo.



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