Desde Vicoforte al centro de la ciudad, en la práctica desde la producción en las Langhe hasta la distribución en Via Po en Turín, el salto es corto. Y es corto especialmente para Silvio Bessone si cree que los dos puntos están relativamente cerca y que el doble salto es maestro chocolatero lo hizo abriendo tiendas en todo el mundo, de Japón a Australia, desde Canadá hasta la España más cercana, ¡hasta desafiar a los chefs chocolateros franceses en su tierra!
Volviendo a pasear bajo las arcadas de Vía Po, detengámonos en cívica 3 y entramos en el antiguo Caffè Regio, modernmente renovado según el estilo del nuevo gerente Silvio Bessone, pero aún reconocible por las históricas ventanas enmarcadas en madera.
Desde la entrada es todo uno rebosante de aromas de chocolate y avellanas desde tabletas hechas a mano hasta bombones de varios sabores, desde gianduiotti en tres sabores diferentes hasta postres de cuchara que se muestran en la vitrina interna. Y nuevamente, sobre el mostrador de la pastelería, grandes tarros de vidrio transparente llenos de un postre que identifica fuertemente el origen del artista: el cuneesi, chocolates rellenos de merengue y crema de chocolate y ron, vendidos sueltos o bolsas preempaquetadas. Producción propia y ecológica garantizada, fuerte competencia a la gente de Turín gestionada de frente, consciente de la calidad del producto ofrecido, basta pensar en los numerosos premios recibidos por el propio Silvio Bessone en concursos internacionales.
Es imposible atravesar ileso esta zona del bar: una compra para llevar o para disfrutar de inmediato sentados en las mesas de la barra luminosa del fondo, conectados desde el interior y colocados justo enfrente del Teatro Regio, serán tentaciones demasiado fuertes. Y luego ... un famoso anuncio sobre chocolate decía "un pecado de gula? es un pecado que puede ser perdonado“¡Especialmente en Navidad!