En la orilla este del Adda, a pocos kilómetros de Bergamo, se erige uno de los sitios de arqueología industrial más importantes y antiguos del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1995. Es Crespi d'Adda, una aldea de trabajadores construida por el empresario lombardo Cristoforo Crespi en 1878.
El sitio está dominado por la imponente galpones de la fabrica textil, el corazón palpitante del pueblo, construido en ladrillo con elegantes decoraciones de terracota y elegantes ventanas góticas con parteluces. Llama la atención la entrada a la fábrica, donde destaca una altísima chimenea por la mañana entre las dos alas de los edificios neogóticos de las oficinas ejecutivas, amenizada por los colores pastel de las decoraciones arquitectónicas.
El estilo ecléctico neogótico de la fábrica es un contrapunto a la sobriedad de las casas de los trabajadores. Distribuidas prolijamente en bloques, las casas de los trabajadores todavía hoy están habitadas por descendientes de los trabajadores de la fábrica, pero conservan casi por completo su apariencia. originalmente de finales del siglo XIX.
Además de las casas, la Familia Crespi hizo construir todos los edificios y estructuras necesarias para la vida de la comunidad: escuela, iglesia, mercado, alberca, centro de recreación, lavadero, médico, teatro y cementerio. La vida de los trabajadores de la empresa Crespi estaba perfectamente organizada dentro del pueblo, desde la cuna hasta la tumba, según una fórmula de paternalismo industrial: el empresario, como un padre solidario, se preocupaba por la educación, la salud y el bienestar social. siendo de sus subordinados.
Hoy todavia es posible pasear por las calles del pueblo, que ha permanecido intacta durante más de un siglo, y ver las casas de los trabajadores, las villas de los administradores y la gran casa solariega, una especie de casa solariega neomedieval que domina todos los edificios, símbolo de una nueva forma de feudalismo.
Alrededor del pueblo de Crespi abre el bosques del Adda e inicia un agradable paseo por el río que conduce a Trezzo, donde es posible visitar una antigua central hidroeléctrica y las ruinas del castillo Visconti. Es el destino ideal para un hermoso domingo soleado, cuando la asociación Crespi Cultura organiza visitas guiadas.