Han pasado casi dos años desde la última vez que me detuve en Trattoria Galleria. A veces, cuando te marchaste por un esquí de bajo costeErmita Monte Carpegna, era costumbre al volver a parar por la noche para tomar un cappelletto en caldo. Consciente de esto, decidí volver, pero para el almuerzo.
El restaurante se llama Galleria porque el antiguo túnel ferroviario que una vez conectaba Rimini con Mercatino Marecchia, hoy Novafeltria en Valmarecchia. Te lo contaré.
Teniendo como próximo destino la fortaleza de San Leo, llegamos temprano. Siendo domingo había reservado, y me fue bien. Afortunadamente, tal vez sea telepatía, nos dan la mesa en el pequeño salón con chimenea donde, y es una joya de este restaurante campestre, siempre hay dos botellas de vino caliente para calentar. ¿Qué es el vino caliente? Dependiendo de la zona puede diferir, pero básicamente es vino tinto caliente al que se le añade clavo, cáscara de cítricos, azúcar y otras especias. Después de un tiempo, todo el lugar estaba lleno, también porque es muy conocido, y ahora también está equipado con una terraza exterior para las frescas noches de verano.
El plan de ataque previó cappelletto en caldo y así fue. Aunque éramos dos, y nuestra hija de dos años, la cantidad fue lo suficientemente abundante como para llenar el plato tres veces. Luego pedimos una porción de tortelloni con ricotta y espinacas sobre un lecho de setas, una porción de conejo de cerdo y uno de gallina de Guinea con del gratin contorno. Finalmente, donut de la casa, café y una copa (solo yo) de vino caliente digerir.
Aparte de la poesía del momento, un día hermoso, un buen lugar pero bien contextualizado en el interior del valle, esta vez no he comido bien ni gastado la cantidad justa. Fue un día especial, es cierto, pero la próxima vez, como quiero volver a intentarlo, le diré que el costo de la portada una vez no lo puso (sobre todo si se come sobre manteles de papel), que el café a 1,50 No es lo máximo, que las setas estuvieran en aceite y no frescas, y que estas últimas efectivamente fueron segundos. Se salvaron con el cappelletto en caldo, no precisamente excepcional, y con el tortellone, gracias a la pasta casera. Sin embargo, es un lugar para probar.