No quiero, pero elarte de natividad es una de las especialidades deArtesanía napolitana y todos los años, como buen napolitano, voy a rendirle homenaje.
Admira el pastores de la tradición ya es una tradición: año tras año aprendes las caras de los artesanos, corres a descubrir los nuevos pastores del mundo de la cultura, el deporte o la política para quedarte siempre terriblemente hechizado por ese juego de colores, olores y miradas que solo ese lugar te puede dar.
Sin embargo, para visitar las calles del belén conviene tomar algunas pequeñas precauciones. En primer lugar, a pesar de mi amor por mi ciudad, me gustaría señalar que si tiene la intención de visitar esos lugares, especialmente durante el Tiempo de Navidad, no es solo un deber ten mucho cuidado a bolsos, carteras y celulares, además de evitar llevar joyas llamativas y exhibir cámaras de última generación. Este es un consejo para pasar un hermoso día sin preocupaciones y desagradables sorpresas: por otro lado, en cualquier lugar concurrido y lleno de turistas, carteristas y ladrones están listos para cobrar víctimas. Pero no renuncies a la visita por miedo a quién sabe qué posibles peligros: solo eres uno gran metrópoli, como todos los demás.
Alcanzar Via San Gregorio Armeno es muy sencillo sea cual sea tu posición: si estás en tu coche, intenta aparcar lo antes posible, porque en esa zona formada por callejones, bans y zonas de tráfico restringido solo perderías tiempo, así como el hecho de que podría recibir una multa y renunciar a los regalos de Navidad. Suponiendo que se encuentre en Corso Umberto I, simplemente suba Via Duomo, una de las arterias de la carretera larga más conocida como Rettifilo y después de pasar la intersección con Spaccanapoli, otro importante símbolo cultural napolitano, se encontrará en Via Dei Tribunali: desde allí, girando a la izquierda y continuando unas decenas de metros, se encuentra el acceso a San Gregorio Armeno.
Seguramente el momento más sugerente en el que visitar es el que va desde8 de diciembre hasta las vacaciones de Navidad, pero también el período de mayor actividad y corría el riesgo de quedar atrapado en una bandada de turistas y no poder admirar nada. Será por ello que ya a partir del 1 de noviembre las calles ya están decoradas y listas para las primeras compras navideñas, con un flujo de turistas discreto pero útil para visitarlo todo con total tranquilidad.
Le talleres hay tantas como cosas que ver. La tradición del belén es capaz de satisfacer cualquier exigencia: hay pastores desde unos pocos euros, pasando por los que rondan los 50 euros hasta piezas de artesanía local muy preciadas (y muy caras). No solo pastores, sino también todo lo necesario para montar un belén real como dicta la tradición: varios muebles (botellas, platos, vasos) útiles para hacer que la configuración de su cuna sea realista, pero también estructuras de cuna prefabricadas, casas, animales, pequeños artilugios para recrear corrientes o dar movimiento a objetos o personajes.
Deja la palabra sin palabras atención al detalle con las que están hechos los pastores: no solo la elección de los tejidos y el corte de estos para la realización de la ropa, sino que lo que nos deja positivamente sorprendidos es la extraordinaria capacidad de recrear expresiones humanas y expresiones que parecen reales. Entonces, además de las estatuillas que representan cualquier tipo de profesión, es fácil reconocer la personajes de nuestro tiempo; entre las novedades de este año se encuentran: Raffaella Fico con su Hijo, Belén Rodríguez, Marco Simoncelli, Insigne, Cavani pero también Umberto Bossi, Sarkozy y Carla Bruni con niños a cuestas y muchos otros.
No te pierdas el puesto con real "Stradivaro": un viejo violín medio destruido que por las etiquetas incorrectas y la simpatía de los propietarios atrae cada año a espectadores y turistas. También puedes admirar pequeñas artesanías como el clásico cuerno napolitano: un amuleto de la suerte emblemático que, en algunos casos, ¡también tiene el certificado de utilidad real!
Un lugar pintoresco ya veces irreal, donde lo sagrado y lo profano se mezclan y dan lugar a un espacio atemporal, que se ha mantenido intacto a pesar de los inconvenientes y problemas que cada año se suman a esta ciudad.