Qué ver en Urbino en un día, dónde comenzar la visita, el Duomo de Urbino y el Palazzo Ducale, entre el Renacimiento italiano y la famosa crescia de Urbino.
No te asustes por las numerosas subidas que marcan las calles de este extraordinario pueblo, más bien piérdete en ellas para poder saborear la magia de este lugar. Deambulando Urbino significa sumergirse en el corazón de Renacimiento italiano, camine con gente como Piero della Francesca, Raffaello Sanzio y Federico da Montefeltro.
Con su centro histórico convertido UNESCO sitio de Patrimonio Mundial desde 1998, Urbino es “la ciudad ideal” donde pasar un agradable día en medio de la naturaleza, la historia y la gastronomía.
¿Qué ver en Urbino en un día? Pues nada más llegar déjate sorprender por los imponentes muros que encierran el centro histórico. Luego cruce Porta Valbona, volviendo así sobre la procesión nupcial de Federico Ubaldo della Rovere y Claudia De 'Medici. Te encontrarás frente a la primera subida de Urbino, pero todo ese esfuerzo valdrá la pena. Aquí de hecho emergen Plaza de la República.
Se extiende hasta el centro de la ciudad, entre los dos cerros, y desde aquí se ramifican las principales calles de Urbino, como Corso Garibaldi. La plaza es el corazón de la vida Urbino. Aquí nunca te sientes solo, rodeado de jóvenes estudiantes o de lugareños que buscan charlar.
Después de tomar un café en uno de los muchos bares que encierran la plaza, en su lado norte se encuentra el colegio Raffaello, fundado en el siglo XVIII.
Recargue las baterías, descompuestas a la vez Catedral de Urbino. En su interior, erigido en 1066, observará una sobria decoración de estilo neoclásico, provocada por su reconstrucción tras el terremoto de 1789. En el exterior, en cambio, hay siete estatuas de santos, entre ellos la del patrón de Urbino.
Una vez que llegue aquí, no podrá dejar de notar lo más destacado de su viaje, el Palacio Ducal de Urbino. Sede de la Galería Nacional de las Marcas, que alberga espléndidas pinturas de artistas como Raffaello e Piero della francesca, fue el proyecto más ambicioso de Federico da Montefeltro. Con unos euros tendrás la oportunidad de admirar el palacio tan deseado por el Duque. Detente y visita su estudio, te sorprenderás.
Una vez fuera del Palacio, se encontrará en la Piazza Rinascimento, con un obelisco egipcio en el centro y detrás de él el Chiesa di San Domenico, construida en estilo gótico. Déjate llevar por la ola de jóvenes que se apresuran a ir a clase y, por qué no, también a curiosear por el interior de los edificios que encierran una de las universidades más famosas de Italia. Luego continúe por via Raffaello, para llegar finalmente al lugar de nacimiento del famoso pintor. Aquí tuvo la oportunidad de experimentar el mundo de la pintura y enamorarse de él.
Y después de todas estas subidas, tanto de caminar, ¿qué más se puede hacer en Urbino? Bueno, ¡come! Encuentra el lugar que más te guste en medio de las calles, tómate una copa de vino y acompáñalo con el típico Crecer del lugar, relleno de caciotta y unos buenos embutidos. Saciado, apreciará más el fantástico panorama de las Marcas que las murallas de esta extraordinaria ciudad ponen a su disposición.